martes, 29 de mayo de 2012

Te extraño

Soledad, entre cuatro paredes,
la mente aún no entiende que lejos estoy,
a cada momento, a buscarte me incita, en esta ciudad
como si fuera la nuestra,
como si pudiera verte a mi antojo y hasta el cansancio en uno o dos pasos.

En mi habitación, el corazón grita por ti,
indaga en mis registros por tu perfume, de mora y de sal,
por el timbre de tu voz, fino y sostenido,
por el contacto -fugaz- con tu piel -que te describe en lo oscuro.

Echo la vista atrás, y soy feliz.

No quiero vivir el presente,
ausente no quiero estar.
Necesito hacerte reír,
mas de lejos no tengo poder.

Te extraño,

¡Te extraño!,

No puedo vivir sin ti,

físicamente sin ti, no puedo.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Anuncio de despedida ~Anuncio de apertura xD

Me despido. Quizás. Pero no del mundo bloggero (?), sino de este blog. Tal vez. Aún no tengo bien definido si volveré a postear o no en este pedazo de red, por eso lo dejo abierto. Sin embargo, el principal motivo de esta entrada es anunciar mi segundo proyecto ( xD) : Mi segundo blog, que vengo -hace unos días- desarrollando con mi amigo Nadroj (el mismo de habichuela sin gracia). El blog se titula "Aquí no hay combis...acá sí", pues hace referencia a dos lugares, a Barcelona (donde se encuentra Nadroj) donde las combis no son usadas como vehiculos públicos asesinos xD, y a Trujillo (Perú), donde las combis sobran, y sí, matan gente. Ahí vivo.
Así que espero que, si aún se asoman por aquí (a ver la falta de entradas), entren a mi nueva bitácora, que aunque es algo diferente, ojalá les guste.

¡Saludos!

Wingerr (sí, también saldrá al final) xD.

martes, 9 de septiembre de 2008

FeLiz



- ¿Qué tienes, hijito? O_o ¿Por qué sonríes tanto?
- Estoy feliz =) ...
- ¿Cómo? >.<
- Ésta sorda...¡que estoy feliz!
- ¡¿Cómo?!
- -.- ...¡¡que estoy feliz!!
- Ah yaaa...que estás de Liz.
- o.o...También.
- ¬¬ Y de ahí dicen que estoy sorda
............................
xD.

sábado, 30 de agosto de 2008

No me lleves al mar


No estoy seguro
de empezar sin el remo,
de ver todo pasar de nuevo,

pero,

la corriente sigue su curso
y mi bote, indudablemente,
va con ella,
hoja caída en el viento.

río

río

río de aguas turbias

¿por qué me llevas al mar?
¿por qué no me ahogas en este instante,
tan alegre de cielo cielo?

Cúbreme de la superficie,
tápame sin más ni más,
que esas manos que, ahora, extienden
un poco de ayuda,
un poco de paz,
ocultan gotas de lástima.

río de aguas turbias,

no me lleves al mar

río de aguas turbias,

ahógame aquí y ahora.

sábado, 26 de julio de 2008

Heaven Hear

El choque había sido fuerte. La cabeza aún le dolía. Y ahora, que todo era blanco, le mareaba más. ¿Por qué este tunel tiene que ser blanco brillante? -se preguntó.- ¡Todos decían que era oscuro!
Continuó caminando, agarrándose las sienes, cuando de pronto divisó a un viejito sentado en una piedra blanca del camino.

- Buenas...mmm... -volteó la cabeza hacia arriba.- Buenas, señor, ¿por qué está sentado aquí? ¿No debería estar camino al cielo?
El anciano tosió, agitado, y luego dijo:
- Sí, ya en un momento reanudaré el paso, el camino al cielo es difícil sabes, en cambio al infierno es sólo un tobogán, si te dejas conducir claro.
- Ni que lo diga, hace rato que lo he dejado atrás -un escalofrío le recorrió el cuerpo- pero la verdad, este camino cansa.
- Una cosa muchachito, antes que me dejes aquí varado, te quiero dar un consejo.
- ¿Un consejo?
- Sí. Constantemente veo gente viniendo de allá, los rechazan creo, siempre se vienen quejando que no saben inglés. ¡Imagínate! Hasta en el cielo es necesario -y movió la cabeza indignado.
- ¿¿Qué?? ¡¡Pero si yo no sé nada de inglés!!
- Me lo imaginaba, te pareces a mí, por eso te voy a dar estos datos, justo los estaba repasando cuando venías.
- Gracias, pero rápido que ya quiero descansar.
- Jeje..todos. Cuando toques esas puertas asegúrate de hacer la pregunta en inglés antes que el que te reciba te diga algo, ¿entendido?
- ¿Por?
- Eso es lo que dicen. Tú sólo hazme caso.
- Bueno bueno.
- Pregunta esto: Is heaven here?
- ¿Y eso qué significa?
- Estás preguntando si ése es el cielo, pues. Luego ya te dejan entrar si estás en la lista.
- Ah...entendido...bueno, seguiré caminando.
- Recuerda, si te dicen "go to hell" ya te rechazaron.

Is heaven here? Is heaven here? -se iba repitiendo. Hasta que llegó, por fin, al final del camino. Dos puertas de roble, anchas y altas, le esperaban. Tocó lo más fuerte que pudo y un anciano le abrió.

- Ah...
- Is heaven here? -le interrumpió él. El anciano se quedó pensando.
- Wait a moment -dijo, y cerró la puerta haciéndole una señal de espera.

Al rato volvió a abrir la puerta.

- No, it's not here. Heaven Hear is not here. Go to hell, she's there.

Desilusionado caminó todo el trayecto de regreso y se tiró por el tobogán, tan ligero y rojo que rápidamente estaba quemándose en el infierno. El viejito del camino a veces se pasaba a verlo, riéndose de él.

- Ay, no sé por qué ahora sólo viene gente que habla inglés -dijo San Pedro comentándole a un ángel.- ¿Será que todos allá abajo hablan inglés? Ahora ya no puedo practicar otros idiomas -dijo tristemente.
- Sí, y lo peor es que siempre vienen preguntando por esa diablilla. ¿Heaven Hear, cierto?
- Sí, no entiendo, y todas las veces tengo que revisar en esa lista. La regla es la regla -dijo cansado.
....................
xD

martes, 22 de julio de 2008

Tenemos un mar de problemas


Y estamos atados de manos



boomp3.com

lunes, 7 de julio de 2008

::


Agarró sus maletas, cruzó el aeropuerto y, después de esperar por su vuelo, despegó. Despegó aunque él insistía que en su caso sería despejar, porque olvidaría todo, a todos, y a ella claro. Despejar, despejar -se repetía. Ya sentado trató de no pensar. Las nubes le ayudaban. Esos trazos en el cielo le hacían recordar a los cabellos blancos de su abuela, hace años, pero ella también se había ido. Ahora le tocaba a él. Se bajaría del avión, con el viento en el rostro, y caminaría sin peso alguno, sin maleta de recuerdos, caras o nombres. Solo.

Las nubes empezaron a condensarse, a confundirse entre ellas dejando parches de cielo. Por lo que no miró más, cerró su cortinita a esa masa de ovejas y se dedicó a sus manos, tan inquietas de pronto que, si fuera hipocondriaco, pensaría en Parkinson. Decidió pedir un whisky.

- Señorita. Señorita...venga.
- Sí señor, ¿en qué le puedo servir? -se acercó una morena de sonrisa artificial.
- Necesito un whisky.
- ¿Necesita? -pensó la aeromoza, como si esa palabra le recordara algo; luego dijo:- Un momento por favor -y se fue con su andar ondulante...su minifalda azul y su minifalda azul... No podía pensar en otra cosa.
Regresó pronto, por suerte.

- Aquí tiene señor, whisky en las rocas -le dijo, extendiéndole un vaso chato.
- Gracias nena -respondió, devolviéndole el vuelto de su sonrisa artificial. Le acarició la mano al servirse.

La chica se fue lo más rápido que pudo. No porque le diera miedo, pensaba, sino porque era perezosa y ya veía que le pediría otra cosa. Aunque era guapo, pensó. Quizás regresaría después.

Jesús se quedó inquieto. Su whisky hace rato se había acabado y ahora no sabía qué hacer. Pararse le daba pereza, ir al baño, mojarse la cara tal vez; pero al final decidió permanecer sentado, viendo a través de la luna un pedazo de nube (la de su ventana). Sacó un libro de su mochila. Siempre había escuchado que se podía leer uno entero mientras se volaba, y ya que no veía otra opción, empezó. Era uno extraño que compró en la feria anterior hacía un año. La pasta era vistosa, roja con lineas amarillas que caían como rayos de sol, y una sombra de un hombre de sombrero que se adelantaba al personaje que no salía. Era tiempo de leerlo, la trama era oscura pero poco a poco se iban llenando las lagunas. Le resultaba interesante.
Al cabo de un rato, la aeromoza regresó con otro vaso de whisky. Jesús estaba prendido de las letras cuando algo le hizo desviar la mirada. Sus dos voluptuosas piernas se pararon justo delante de él y su libro en el regazo. Se hizo el que leía, aunque no había nada escrito en sus pantis.

- Supuse que necesitaba otro -le dijo, al primer contacto visual.
- Oh, muy amable, señorita. Creo que sabe muy bien lo que necesito...-y le dedicó su mirada de niño y su sonrisa pícara. Siempre funcionaba. La aeromoza se sonrojó y calló.
- Más tarde...yo te aviso, bebé -le dijo al oído después de un momento; y se fue sonriendo, meneando sus caderas mientras el cabello le caía ondulante.

¿Sería tan efectiva su sonrisa? -pensaba. Nunca le había funcionado tan de prisa, instantáneamente, a lo mucho le había servido para sacar un teléfono...pero ¿para ligar? Esto era nuevo, ¡y en un avión!... Empezó a sentir cómo su cuerpo se llenaba de una energía fría y excitante, incontenible y perturbadora. Regresó el libro a su mochila, leer le era imposible. Más tarde, había dicho. Más tarde...¿cuándo sería? Él ya estaba listo. Se recostó sobre su asiento y esperó, impaciente con la mirada fija en el televisor -estaba sentado en la primera fila.
De un sobresalto se dio cuenta. ¡No estaba protegido! Qué...cómo pudo olvidarse de...si su hermano siempre le decía, que en cualquier momento uno...Empezó a buscar en su mochila, desesperado. Tenía que haber quedado uno por ahí...¡Qué tonterías trae uno en su mochila cuando viaja! Sólo había empacado su mp3, un libro, su cuaderno verde, y guantes y chuyo por si acaso hacía frío al salir. Tantos bolsillos le quedaban libres y ningún preservativo. Imposible, eso le pasaba por no tener billetera.
Distraído un papel se cayó del cuaderno verde cuando lo alzó. Se agachó instintivamente y lo recogió, lo metió a su mochila sin mirarlo, y trató de olvidar lo ocurrido. ¿Por qué habría traído ese cuaderno? -se preguntaba.- Si quería dejar todo atrás lo más lógico era que dejara el cuaderno donde había escrito tantas cosas, personales y ficticias. ¿Y por qué aquel papel precisamente? ¡Demonios! Sus manos empezaron a enfriarse, aferradas a la mochila sabían que parte en él deseaba leerlo de nuevo, pero no recibían la instrucción, se quedaban pendientes, listas para salir disparadas.

- No...-se dijo.- No es posible que te siga en este viaje -tiró su mochila debajo de su asiento, enojado consigo mismo.- No es posible que ella...

La aeromoza pasó mirándole, haciéndole una seña imperceptible. Se dirigía hacia el baño. Jesús la miró en su recorrido y se paró cuando ella se perdió de vista. Caminó decidido mientras el remordimiento se asentuaba a cada paso. Cuando llegó, tocó la puerta despacio y unos largos brazos lo jalaron hacia dentro. No supo más. Sentía cómo su cerebro se adormecía por los largos besos que aquella morena le regalaba. Pensaba pero se quedaba a medias, no podía completar ninguna frase...hasta que cedió, cedió totalmente, y el lío de sentimientos que se le había armado, minutos antes, desapareció. Se sumergió totalmente en sus grandes senos.

- Espera, espera -le suplicó la aeromoza, tratando de alejarlo.
- ¿Qué, qué pasa? -jadeó él, algo ofuscado.
- ¿Tienes condón, cierto?
Jesús se quedó con la mirada vacía. Había dicho "¿cierto?" -pensaba.- ¡¿Por qué había dicho "cierto"?!
- Oh vamos, es fácil, ¿tienes o no?
- ¿Es necesario? -bromeó un poco, tratando de no pensar.
- Bff...-respiró.- Pudo ser lindo. Adiós -y salió del baño dejándole dos bofetadas dulces en la mejilla.
- Claro...ya me acordé por qué nunca llevo preservativos -se dijo en voz alta.- Porque ella siempre los llevaba.

- ¿Tienes preservativo, cierto? -le decía, sonriéndole cuando él la perseguía por su casa. Él se paraba en seco, se daba cuenta que no y decía:- ¿Hace falta? -ella lo miraba, sonreía de nuevo y le mostraba uno - No -y corría de nuevo.

Regresó a su asiento. Volvió a mirar a través de la ventanita, el cielo estaba oscuro. Otro vaso de whisky lo había estado esperando; se lo zampó de una sola y se echó a dormir. Ya más tarde saldría por esa puerta, caminaría por las escaleras empinadas, sin maletas por supuesto; aunque ya había caído en la cuenta de que se había equivocado. Las maletas le esperaban en el aeropuerto, y le seguirían siempre.
Ésta vez no soñó nada.