Soledad, entre cuatro paredes,
la mente aún no entiende que lejos estoy,
a cada momento, a buscarte me incita, en esta ciudad
como si fuera la nuestra,
como si pudiera verte a mi antojo y hasta el cansancio en uno o dos pasos.
En mi habitación, el corazón grita por ti,
indaga en mis registros por tu perfume, de mora y de sal,
por el timbre de tu voz, fino y sostenido,
por el contacto -fugaz- con tu piel -que te describe en lo oscuro.
Echo la vista atrás, y soy feliz.
No quiero vivir el presente,
ausente no quiero estar.
Necesito hacerte reír,
mas de lejos no tengo poder.
Te extraño,
¡Te extraño!,
No puedo vivir sin ti,
físicamente sin ti, no puedo.
martes, 29 de mayo de 2012
Te extraño
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