Los estantes de metal se oxidaban con el polvo. Los libros, entre papeles sueltos y polillas locas, eran cada vez más anchos a la vista. El suelo se había rajado ya, por las arrugas del tiempo.
El lo encontró así. Entró, miró un toque, y se quedó. Sólo por esa noche, y las otras también. La vida diurna de un noctámbulo se pasa no sé dónde. Quizás en una notaría. Quizás en un café. O quizás...o quizás.
La cosa fue, que tendió su hamaca, sacó el cepillo, y los lentes también. Muchos libros -pensó.- Demasiados. Luego sacó la laptop. Escuchó su música. Y trató de dormir. Ritos esenciales para empezar: le faltaba mucho por escribir.
- Empecemos pues.
viernes, 29 de febrero de 2008
I . The living room
Etiquetas:
Noctámbulo
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4 comentarios:
Pues a escribir se ha dixo! , que la montáña de libros te sirva de inspiración ^^
Un kiss!! I want U!!
Claro como tu paras rodeado de tus libros...jeje ..RL
¿ tendió su hamaca?? ... ¿tú? ...sigue escribiendo q lo haces bien y te gusta !! ... El anómimo público!!
siiii muy bien detallado, me encanto las polillas locas!!!yo aki tengo un par rodeando aquel de robertis y harper q hace mucho q no son leidos ni abiertos esos libros.... a empezar!!! rlz
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